No se discrimina sólo a los enfermos de sida, sino también a las personas que profesan otra religión, tienen otra nacionalidad, color de piel, etc. Es decir, ocurren actos de racismo. Yo creo que la sociedad actúa de esta forma por miedo, miedo a lo que es distinto. Y lamentablemente, esto sucede tanto en la escuela como en un Estado o el mundo. Un ejemplo es el caso de Fernando Peña.
Pero, ¿por qué miedo? Me parece que esa es una pregunta que nos tendríamos que hacer todos. ¿Por qué siempre miramos más al que tiene color distinto de piel o habla distinto? ¿Nos creemos superiores, mejores? En difinitiva, todos somos seres humanos y no dejamos de sentir y pensar por ser “externamente” diferentes.
Hay que ponerse a pensar qué es lo que realmente está bien y por qué pensamos así, para que algún día -espero que pronto- todos podamos mirarnos a la cara y no darle importancia a las diferencias culturales y religiosas que ya tenemos.
Micaela Costilla.
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