En diálogo
con Periodismo 19, Mario Hernández, dirigente de la Unión de Trabajadores de la
Educación y vocal titular de la Junta de Clasificación Docente del área
Artística de la Ciudad de Buenos Aires, explicó el significado de las juntas
dentro de la estructura de la educación pública porteña frente a la embestida
del macrismo de impulsar de manera inconsulta la reforma del Estatuto del
Docente para eliminar las Juntas de Clasificación, integradas por
representantes de los trabajadores y del Estado. “La Junta de Clasificación
Docente es algo que está previsto por el Estatuto, es el órgano de los docentes
por orden de mérito son clasificados títulos, otros títulos, antigüedad, los
cursos, los antecedentes culturales y los otros antecedentes, y que después
finalmente se agrega la antigüedad que le da la DAD (la Dirección
Administrativa Docente) por los años de servicio. Todo eso conforma un puntaje,
con el respectivo listado conforma un orden de mérito. Están las juntas de
media, primaria y la junta de inicial. Media estaría conformada por las juntas
de nacionales y liceos, comerciales, artística, técnicas, normales, Cens y
adultos”.
Acerca
de la integración de la juntas, el sindicalista oriundo del barrio de Villa
Devoto nos explicó que “comprende nueve integrantes, de los cuales 6 son
electos en representación de los sindicatos docentes y tres son designados por
el Ministerio de Educación de la Ciudad. La duración de los mandatos es de 4
años para los elegidos por el voto directo y de un año renovable
indefinidamente para los que representan al Gobierno de la Ciudad. Los vocales
electos tienen una duración de cuatro años y alternadamente cada dos años hay
elecciones de junta, las elecciones son de voto obligatorio y participan los
docentes de todos los niveles de la enseñanza pública para la elección de cada
junta de las 14 juntas y de la Junta de Disciplina”. En relación a la
representación sindical, relató que “en la junta de Artística 4 delegados son
de UTE, 1 de Ademys y el otro de Adef, además de los 3 ministeriales. Nosotros
tenemos entre todas las juntas 38 vocales identificados con UTE, conformando el
sindicato con mayor número de vocales”.
Frente
a las críticas disparadas por las autoridades del ministerio de Educación
porteño que conduce el macrista Esteban Bullrich, Mario Hernández relató la
difíciles condiciones en que se encuentran los docentes que trabajan en las
juntas de clasificación, “voy a hablar por el espacio que estoy mayor tiempo
que es Artística, el espacio es realmente muy antiguo, las computadoras se
paran constantemente porque no alcanzan a cubrir la necesidad tecnológica con
la que nosotros desearíamos trabajar. Lo ideal sería que cada uno de los
miembros de Junta tuviera una computadora, hacer un sistema más ágil pero la
realidad es que el sistema como estamos trabajando ahora es un sistema bastante
atrasado. Es enorme el papelerío que hay para hacer una clasificación
ordenada”. Una de las muletillas esgrimidas por la presidenta de la Comisión de
Educación de la Legislatura, la diputada del PRO, Victoria Morales Gorleri, que
el sistema de designaciones no está funcionando en el área de Media, Hernández
refutó la crítica. “El retraso se debe, quizás, a la gran cantidad de pasos que
se van haciendo, propios a la clasificación. La clasificación de un docente no
es una cosa tan sencilla como lo hacen ver, uno tiene que trabajar con anexos
de títulos, fijarse si los títulos tienen la misma valoración para todas las áreas”.
Agregó
que “a veces se producen situaciones de títulos de universidades que no
tramitan en tiempo y forma o no tramitan el título que están dando, el docente
viene y se presenta creyendo que tiene alguna competencia, y desde acá hay que
gestionar para la resolución de cada problema. También se han producido errores
informáticos fuera de las juntas, en el caso de los listados muchas veces hay
que mandar a imprimirlos más de una vez con lo cual se complica mucho, atrasa
mucho. A veces para tratar de reducir el tiempo de espera terminamos haciendo
las correcciones a mano para agilizar el tema”.
En
respuesta a las críticas formuladas por las autoridades educativas encabezadas
por Esteban Bullrich, Hernández señaló que “nosotros estamos de acuerdo en que
hay cosas para cambiar, lo correcto sería poner primero una mesa de discusión,
aprovechar los años de experiencia que tenemos los que estamos en las juntas, no
para quedarnos en forma eterna sino para colaborar y hacer la posta para los
que puedan venir detrás nuestro porque muchas veces los miembros de junta
cuando uno llega necesita el apoyo de los que están anteriormente para saber
cómo realizar una providencia, un dictamen, cómo buscar los títulos en los
anexos, cómo ver toda la problemática que hay en la clasificación”.
El
proyecto elevado por la cartera educativa con el respaldo del bloque
legislativo del macrismo incluye la eliminación de las 14 juntas docentes y la
conformación de la Oficina Única de Clasificación Docente, integrada
exclusivamente por representantes designados por el ministerio de Educación de
la Ciudad. Sin la participación de los gremios docentes, la oficina se
encargaría de la inscripción, concurso y designación de los aspirantes a los
cargos. Se prevé la existencia de una Junta de Control que sólo intervendría en
casos de reclamos por disconformidad con el puntaje otorgado por la Oficina
Única, donde se prevé la participación de los sindicatos. La iniciativa mereció
el rechazo de todos gremios docentes de la Ciudad. A nivel nacional, se expresó
con duras críticas la histórica CTERA. El dirigente de UTE puso un reparo a la
no participación de los docentes a la hora del puntaje y la confección de los
listados para la designación de horas cátedra y cargos, y para los concursos de
ascenso. “Si se elimina la transparencia se cae en la designación a dedo, ese
es el grave error porque la designación a dedo es lo que promueve el amiguismo
y no promueve el valor que tiene la capacidad que tiene una persona para elevar
su puntaje, el listado promueve la transparencia y la limpieza de la
designación. Cuando se hace una designación y se llama por orden de mérito te
llaman por tu capacidad y no por el amiguismo político imperante en su
momento”.
“A
mí me parece que cualquier tipo de avance contra los derechos de los
trabajadores es un retroceso, a mi manera de ver las cosas uno cree que las
sociedades siempre van por más, creo que la Legislatura debe ser el ámbito de
discusión de cualquier reforma estatutaria. Desde el ministerio nunca se pensó
en formar una comisión para debatir reformar al Estatuto, ni ningún tipo de
conversación, sólo comunicaciones telefónicas informales pero nunca se armó un
espacio para la discusión de las posturas de todos los sindicatos”, dijo
Hernández en respuesta a la ausencia de diálogo de las autoridades porteñas con
los gremios docentes. El paro convocado por la totalidad de los sindicatos se dio
en respuesta a la propuesta de modificación del Estatuto de manera inconsulta,
“como UTE fuimos al paro porque no queremos ningún tipo de modificación del
Estatuto del Docente con una postura negativa del gobierno de sentarse a
dialogar cualquier tipo de modificación, a los trabajadores no puede ser que se
les modifique sus condiciones laborales sin que ellos sean partícipes, los
sindicatos son la voz de los docentes que están en las bases. Como sindicatos y
como dirigentes de base debemos, por lo menos, decirle a nuestros compañeros
que cualquier tipo de reforma de sus derechos nosotros tenemos que estar
presentes y discutirlos en una mesa política”.
Mario
Hernández, vecino de Villa Devoto. Docente de la materia Música, dirigente de
UTE-CTERA y vocal de la Junta de Clasificación del área de Artística defendió
el plan de lucha de los sindicatos de la educación de la Ciudad, “tienen que
tener en claro que las conquistas que se han logrado por años de lucha no se
pueden borrar de un plumazo así porque sí sin ningún tipo de discusión. Por eso
la movilización fue importante, y los docentes tienen que tener en claro que
nosotros vamos a defender siempre los derechos de los trabajadores. De todos,
de nuestros afiliados y de los no afiliados. Siempre vamos a pelear por más,
nunca por menos”.
En
diálogo exclusivo, Eduardo López, dijo que “lo que quiere el
ministro Bullrich es disciplinar a los docentes que nos opusimos a que saquen
las becas, que nos opusimos a Ciro James (el espía contratado durante la
gestión del ex ministro Narodovsky), que nos opusimos a las listas
identificatorias, que nos opusimos a las fotos en las Escuelas, quieren
disciplinarnos pero no nos van a ver arrodillados, nunca nos van a ver
arrodillados ante el poder político de turno porque nosotros desde el año 1918
que venimos peleando por la libertad de cátedra. No queremos que los políticas
ni las políticas, desde un gobierno cercano o lejano a los docentes, metan la
designación. Queremos calidad educativa, y porque queremos calidad educativa los
mejores maestros y profesores por listado de orden, mérito, título, antecedentes
culturales, y no los que designe el poder político de turno. Eso es calidad
educativa, lo demás es pura cháchara”.
Nubes
de tormenta se avecinan en la Ciudad de Buenos Aires ante la postura del jefe
de Gobierno y su ministro de Educación de recortar derechos laborales a los
trabajadores de la educación y de pretender eliminar las Juntas de
Clasificación docente instituidas desde 1958. Únicamente durante la dictadura
de Onganía, en 1966, y durante los tiempos del terrorismo de Estado, de 1976 a
1983, los docentes vieron cercenados sus derechos. En democracia, el diálogo
debe prevalecer frente a la intemperancia en un marco de pleno respeto de los
derechos laborales amparados en la Constitución de la Nación y la de la Ciudad
de Buenos Aires. La vapuleada educación pública porteña parece no tener respiro
en la gestión de Macri, todos los sindicatos de docentes unieron sus fuerzas
para detener lo que entienden como el recorte de la democracia en el sistema
educativo y la anulación de derechos laborales a los trabajadores de la
educación.
Claudio Morales
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