La memoria en Argentina: el final de las leyes de impunidad en 2005. Una reflexión de Maximiliano Vadell Cosin

El golpe encabezado por Videla, Massera y Agosti fue visto con buenos ojos por la clase media, que estaba inquieta por el clima anárquico que vivía el país. Uno de los puntos que los militares se plantaron cuando recién entraron al gobierno y la forma en la cual llamaron a este período, de Reorganización Nacional. Este proceso tuvo objetivos explícitos, que fueron publicados en reportes oficiales y otros implícitos, que se dieron a conocer indirectamente.

Objetivos oficiales: combatir la subversión, eliminar la corrupción y reordenar la economía. Objetivos implícitos: disminuir el salario obrero, limitar el papel estatal en la economía. Para cumplir su objetivo, los militares utilizaron una serie de métodos espantosos denominados “terrorismo de estado”. La represión se dirigió a toda la sociedad, no sólo a montoneros y terroristas. Hay que decir que el terrorismo de estado se basó en, justamente, impartir terror en la sociedad, para que se quede asustada, sin la posibilidad de actuar por el terror que le produjo no saber dónde estaban sus familias, si estaban muertos o no.

La política económica de esta etapa llevada a cabo por el ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, necesitaba una serie de condiciones políticas que se llevaron a cabo a la fuerza durante varios años. La clausura de la actividad de los partidos políticos. La suspensión de la actividad sindical. El disciplinamiento de toda la sociedad. El silenciamiento de toda oposición.

Obviamente, siempre hay excepciones. Me parece preciso destacar al periodista y escritor Rodofo Walsh, quien publicó su “Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar”, en la cual Walsh expresa todas las cosas horribles llevadas a cabo por la Junta a un año de gobierno. Obviamente, el periodista, luego de escribir esa carta muere fusilado por los militares, pero Rodolfo Walsh dejó un legado de valentía periodística y humana que debería ser imitada por mucha gente hoy día.

Durante esta época hubo desapariciones de personas. Su número no ha sido estimado pero, son por lo menos, 30.000 personas de ambos sexos y diferentes edades -la mayoría jóvenes de entre 15 y 30 años-. Algunos pertenecían a organizaciones como ERP y Montoneros, aunque la mayoría fueron militantes políticos y gremiales, intelectuales, abogados, periodistas y estudiantes.

Maximiliano Vadell Cosin.

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