Rotundo NO a la discriminación a portadores del virus VIH/SIDA: la opinión de Caty Antognini

Vergüenza. Me pidieron que escribiera un texto sobre lo ocurrido con el señor Fernando Peña y su intención de asistir a la boda de su hermano. Tras un buen rato de pensar de qué manera encarar el texto, sólo se me ocurre la palabra vergüenza. Una vergüenza que no es personal y ni siquiera nacional, una vergüenza que traspasa la frontera y se acentúa más cuando pienso que ese país, causante de su vergüenza, está entre los más desarrollados del mundo y es uno de los más poderosos -sino el más- a nivel económico.

Aunque ahora, no sé de qué desarrollo hablo porque un país desarrollado se supone que carece de ignorancia, por ende tendría que saber que el SIDA no es una enfermedad que se contagie involuntariamente. Lo peor es que esto es ley en ese país (acá ya no siento vergüenza, ya es otra cosa que no sé cómo nombrarla) y a causa de esa ley se le impide la entrada a dicho país a cualquier persona con HIV que sea sincera y lo diga. Ya que si no lo dice nadie se entera y aquí no ha pasado nada. Todo esto no es más que una gran discriminación ignorante que viola los derechos humanos.
Caty Antognini.

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