Las Tizas No Se Manchan con Sangre: la reflexión de Rosa Damín

El 4 de Abril del 2007, las rutas de la ciudad de Neuquén se convirtieron -a partir de una tragedia- en un aula gigante que como un espejo devuelvió imágenes de represión. El asesinato del docente Carlos Fuentealba mientras reclamaba salarios dignos que garanticen una mejor calidad de vida para todos, hace reflexionar acerca de qué modelo de país queremos construir para la Argentina.

Se dijo que el Estado debía garantizar la libre circulación por las rutas. Quienes lo dijeron fueron los que con total impunidad las cortaron hace unos pocos días “haciendo valer sus derechos”, para ellos no todos tenemos los mismos derechos.


Sin embargo, en ciertos medios no se escuchaba con la misma fuerza sostener que el Estado está para proteger y defender la vida de los ciudadanos, ¿cuál de estas funciones es más importante? El Estado no debe volver a usar la fuerza pública para ejercer violencia contra la legítima protesta social. La historia argentina carga con demasiada sangre derramada por el terrorismo de Estado.

El gobernador Sobisch competía en ese momento para las elecciones con la actual presidenta, entonces quiso diferenciarse del gobierno nacional mostrando su postura de “mano dura”. Al ordenar desalojar la ruta desató una violencia que concluyó con la muerte de un profesor con ideales y proyectos. Sólo el diálogo y el consenso social pueden resolver los diferentes intereses de los distintos sectores de una comunidad. Es necesario profundizar el debate, escuchar las distintas voces y establecer acuerdos.


No se puede silenciar las voces de los docentes en sus reclamos porque son ellos los que alfabetizan a los niños, y con esas voces. La fuerza de las palabras, que tantas veces en las aulas transmitió el docente asesinado, seguirán resonando siempre más allá de su injustificada muerte.

Rosa Damín.

No hay comentarios.: