En ese período, y con 30 mil desaparecidos que lo respaldan, se le dio un valor nulo a la vida humana y las torturas sufridas por aquellos que fueron secuestrados ilegalmente dan cuenta de la violación de la libertad y la dignidad inherente a cada persona.
La guerra que tuvo lugar en el año 1982 es uno de los más claros reflejos de aquella realidad. Miles de militares, en su mayoría jóvenes y poco experimentados, fueron enviados a las Islas Malvinas con el pretexto de luchar en pos de la Patria y la real intención de extender un poco más el gobierno de facto. No importó si tenían el entrenamiento adecuado, si tenían las herramientas necesarias para la supervivencia en un clima y situación tan hostil y, sobre todo, si no peleaban por una causa ya perdida de antemano.
Más de 700 murieron, y los que no corrieron con esa suerte siguen sufriendo la carga de seguir con vida.
25 años. Que los caídos sean recordados, honrados y descansen como merecen; y que aquellos sobrevivientes de Malvinas no esperen en vano como el coronel a quien nadie escribía de García Márquez: que obtengan el reconocimiento que corresponde, no sólo por haber burlado la muerte, el hambre, el frío y el miedo, sino también por haber sido otras de tantas víctimas de esa dictadura que hasta el día de hoy reconstruyen su vida por culpa del pasado.
Vanesa Ocampo.
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