A 30 Años: la reflexión de Lucía Singh sobre la memoria del Nunca Más

El 24 de marzo es una fecha que nos traslada al año 1976, cuando tuvo lugar el último golpe de Estado y comenzó la dictadura militar. Terrible dictadura que se caracterizó por realizar secuestros, torturas, asesinatos y apropiación ilegítima de bebés, hechos que obviamente violaron los derechos humanos. Esta planificación desde el poder, define que fue un terrorismo de Estado.

La dictadura dejó un saldo muy negativo: 30.000 desaparecidos; una situación económica peor que la de los años anteriores al golpe, y una sociedad atrasada, destruida y dividida, ya que se infundió el terror, al tiempo que se convirtió en costumbre vivir con miedo.

Recordar lo que sucedió en la dictadura, y lo que la generó, es muy importante para afrontar la verdad. La memoria juega un gran papel ya que si queremos comprender nuestro presente o saber qué es lo que queremos, y qué no para nuestro futuro. Es necesario tener en cuenta lo que fue pasando a lo largo de los años. Y así poder reconocer los errores y aprender de ellos para construir un futuro mejor basado en la igualdad, la no violencia y la justicia.

El olvido de lo que ocurrió en este período sería hacer de cuenta que no pasó nada, cosa que nos llevaría a la impunidad, y ello sería una tremenda injusticia porque conocemos bien los hechos acontecidos. El recuerdo de lo sucedido es una forma de mirar el presente, y así poder apreciar y sentirnos verdaderamente orgullosos de lo que significa vivir en democracia.

Hay que tener bien en claro que el pasado es la base del presente que nos llevará al futuro. Es esencial saber la historia de nuestro país, ya que de esa manera, podremos entender el cómo y el por qué. Formamos parte de una misma sociedad, y por más que los hechos -dolorosos o no- pasaron tiempo atrás, no tenemos que ignorar o dejar de lado lo que es la historia común a todos nosotros.

Lucía Singh.

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