Hombre Araña 3Es una de las más costosas películas producidas por Hollywood, superando a Titanic y a King Kong, después de un trabajo ininterrumpido de 33 meses contra reloj. El introvertido fotógrafo de un diario, Meter Parker, personificado por Tobey Maquire, se convierte en el superhéroe más conflictuado consigo mismo al tener que confesar el amor de su vida, a Mary Jane Watson (Kirsten Dunst), su verdadera identidad al quitarse la máscara negra que no soporta por opresión y complicarse su vida ante la aparición de Gwen Sacy (Bryce Dallas Howard) un antiguo amor de estudiante de Peter Power.
Como adolescente se ve traducido en un cambio de traje que lo oprime por una sustancia pegajosa negra llamada Simbiote, que se le adhiere a la araña y que deberá luchar. Esta extraña fuerza lo apoderará en su conciencia restándole espacio a su libertad al obligarlo a plantearse que todo poder implica responsabilidad.
Este desafío del Hombre Araña lo complica cuando tiene que enfrentar a un trío de enemigos, Harry Osborn (James Franco), cuando éste era amigo de la infancia como estudiante y ante la muerte de su padre (Willem Dafoe) decide tomar su identidad arácnida para transformarse en el nuevo Spiderman. El “ Duende Verde”, un personaje malvado que trama llevar adelante su venganza y amenaza al Hombre Araña.
En esta película, los hermanos Raimi y el guionista Alvin Sargent consiguen algunos buenos efectos visuales concebidos por digitalización con creatividad que hacen referencia a Allen y la “Guerra de los Mundos”.
Lo cierto del Hombre Araña es la permanencia del proyecto de su director Raimi, que garantiza al cine una eficiente pasión por el relato. El film es claro y resulta impecable en su factura técnica a pesar de haberse tomado escenas por separado, pero complementadas con autosuficiencia como buen narrador que acierta con los personajes secundarios, con más villanos que nunca y los efectos visuales logrados. Pero, a la vez, la encuentro bastante trivial… queda a su criterio, como quien dice sobre gustos no hay nada escrito. ¿No?
Sofía Trigal.
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