24 de Marzo de 1976. 30 años del golpe militar
El 24 de marzo de este año se cumplen 30 años del golpe militar que, como ya saben, fue el más cruel de la historia argentina. Podría empezar a construir una pequeña crónica acerca de lo que pasó durante ese proceso. De las desapariciones, de la represión, etc. Bueno, no voy a escribir sobre eso, porque la mayoría de nosotros por suerte -algunos desde otro lamentable punto de vista- ya lo sabemos de memoria, sino que voy a escribir sobre la actualidad, sobre cómo nos afecta para bien o para mal, lo que pasó hace treinta años. Y, también, a sacar algunas conclusiones.
Lo que nos dejó para mal el golpe militar ya, más o menos, lo sabemos todos. Los desaparecidos. Madres y Abuelas que aún hoy buscan desesperadas a sus hijos y nietos, o mejor dicho, a los cadáveres de sus hijos y a sus nietos que están pero que no lo saben. Nietos que ahora son los nietos de madres de militares represores que los tomaron como botín de la masacre. Obviamente, también el comienzo de un sistema económico que empezaron los militares y siguieron Alfonsín, Menem y De La Rúa, no hizo más que acabar con todo el proceso de igualdad social y económica que se había logrado entre ricos y pobres, y todo un proceso de modernización del aparato industrial.
Es decir, el comienzo del cambio del modelo económico agroexportador por el modelo industrializado impulsado por el peronismo y algunos radicales convertidos. El tremendo endeudamiento del país a través del pedido de préstamos -fundamentalmente al FMI-, que obviamente no se utilizaron para mejorar el país sino que para mejorar las casas de los gobernantes.
Yo, personalmente, creo que hasta el viernes 24 pasado que toda esa masacre homogeneizó a la población porque para mí los enemigos comunes de un país unen a ese país. También, algo positivo que dejó el golpe sería que a partir de ese momento -para mí- vivimos en uno de los países más libres del mundo, donde uno puede decir lo que quiere casi sin restricciones. También, por ejemplo, me parece que algo bueno que dejó el golpe es que es muy poco probable que en este país haya otro golpe ya que la gente está realmente muy concientizada -no sé si informada pero sí muy concientizada- acerca de la importancia de la democracia. Y se tiene mucha memoria de los horrores del golpe aún sin haber estado allí.
Hasta allí las cosas buenas, que no son muchas, pero que también está bueno recordarlas.
El 24 de marzo de este año se cumplen 30 años del golpe militar que, como ya saben, fue el más cruel de la historia argentina. Podría empezar a construir una pequeña crónica acerca de lo que pasó durante ese proceso. De las desapariciones, de la represión, etc. Bueno, no voy a escribir sobre eso, porque la mayoría de nosotros por suerte -algunos desde otro lamentable punto de vista- ya lo sabemos de memoria, sino que voy a escribir sobre la actualidad, sobre cómo nos afecta para bien o para mal, lo que pasó hace treinta años. Y, también, a sacar algunas conclusiones.
Lo que nos dejó para mal el golpe militar ya, más o menos, lo sabemos todos. Los desaparecidos. Madres y Abuelas que aún hoy buscan desesperadas a sus hijos y nietos, o mejor dicho, a los cadáveres de sus hijos y a sus nietos que están pero que no lo saben. Nietos que ahora son los nietos de madres de militares represores que los tomaron como botín de la masacre. Obviamente, también el comienzo de un sistema económico que empezaron los militares y siguieron Alfonsín, Menem y De La Rúa, no hizo más que acabar con todo el proceso de igualdad social y económica que se había logrado entre ricos y pobres, y todo un proceso de modernización del aparato industrial.
Es decir, el comienzo del cambio del modelo económico agroexportador por el modelo industrializado impulsado por el peronismo y algunos radicales convertidos. El tremendo endeudamiento del país a través del pedido de préstamos -fundamentalmente al FMI-, que obviamente no se utilizaron para mejorar el país sino que para mejorar las casas de los gobernantes.
Yo, personalmente, creo que hasta el viernes 24 pasado que toda esa masacre homogeneizó a la población porque para mí los enemigos comunes de un país unen a ese país. También, algo positivo que dejó el golpe sería que a partir de ese momento -para mí- vivimos en uno de los países más libres del mundo, donde uno puede decir lo que quiere casi sin restricciones. También, por ejemplo, me parece que algo bueno que dejó el golpe es que es muy poco probable que en este país haya otro golpe ya que la gente está realmente muy concientizada -no sé si informada pero sí muy concientizada- acerca de la importancia de la democracia. Y se tiene mucha memoria de los horrores del golpe aún sin haber estado allí.
Hasta allí las cosas buenas, que no son muchas, pero que también está bueno recordarlas.
Maximiliano Vadell Cosin.
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