La última dictadura militar
La última dictadura militar causó muchos cambios en los distintos aspectos de la sociedad, de esto no estuvo afuera la literatura que debió afrontar la censura, que no impidió que los escritores siguieran creando, pero sí los llevó a la clandestinidad, siendo así un riesgo publicar, lo que disminuyó la circulación y la posibilidad de que los lectores pudieran acceder a estas.
Una muestra de lo que sucedía a aquellos que seguían publicando de la buena literatura es la quema de libros que debió afrontar el CEAL (Centro Editor de América Latina), en junio de 1980. Algunos escritores optaron por el exilio, desde donde expusieron públicamente la situación de aquella época. Es el caso de Saer o Manzini. Otros siguieron en el país sobreviviendo, y a pesar de los riesgos que implicaba, mostraron las consecuencias del gobierno militar como Rodolfo Walsh, quien al cumplirse un año de la llegada de los militares al poder hizo pública su famosa “Carta a la Junta Militar” donde denunciaba “15.000 desaparecidos, 10.000 presos políticos y 4.000 muertos”. Al día siguiente desapareció.
Otros autores, como Oesterheld, el guionista de “El Eternauta”, desapareció en el tramo final de la dictadura debido a su militancia política. Fue imprescindible que se dieran a conocer aquellas obras acalladas por la nefasta política de censura militar que publicar nuevas obras, haciendo notar que para el gobierno militar fue mucho más fácil cortar la circulación de ideas que aceptar la oposición desde la literatura.
Micaela Del Gaudio.
La última dictadura militar causó muchos cambios en los distintos aspectos de la sociedad, de esto no estuvo afuera la literatura que debió afrontar la censura, que no impidió que los escritores siguieran creando, pero sí los llevó a la clandestinidad, siendo así un riesgo publicar, lo que disminuyó la circulación y la posibilidad de que los lectores pudieran acceder a estas.
Una muestra de lo que sucedía a aquellos que seguían publicando de la buena literatura es la quema de libros que debió afrontar el CEAL (Centro Editor de América Latina), en junio de 1980. Algunos escritores optaron por el exilio, desde donde expusieron públicamente la situación de aquella época. Es el caso de Saer o Manzini. Otros siguieron en el país sobreviviendo, y a pesar de los riesgos que implicaba, mostraron las consecuencias del gobierno militar como Rodolfo Walsh, quien al cumplirse un año de la llegada de los militares al poder hizo pública su famosa “Carta a la Junta Militar” donde denunciaba “15.000 desaparecidos, 10.000 presos políticos y 4.000 muertos”. Al día siguiente desapareció.
Otros autores, como Oesterheld, el guionista de “El Eternauta”, desapareció en el tramo final de la dictadura debido a su militancia política. Fue imprescindible que se dieran a conocer aquellas obras acalladas por la nefasta política de censura militar que publicar nuevas obras, haciendo notar que para el gobierno militar fue mucho más fácil cortar la circulación de ideas que aceptar la oposición desde la literatura.
Micaela Del Gaudio.
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