Un momento para las letras: La Vida, de Lucía Blanco

La Vida


Tal vez haya algo en el mundo que haga cambiar,

todos dicen que debo hacerlo,

que debo cambiar para poder ser feliz.


Pero, la felicidad al igual que el amor se siente y se busca,

es como un cuento donde al principio disfrutás,

en el medio del cuento sufrís,

pero siempre estas historias terminan con gente enamorada y feliz.


Todos dicen que los cuentos no se parecen a la vida real,

pero si los analizamos diremos lo contrario;

nosotros nos enamoramos, sufrimos, disfrutamos,

pero hasta que no armamos nuestras propias vidas

no sabremos si verdaderamente encontramos al amor verdadero,

si disfrutamos bien la vida que nos tocó

que puede ser triste y dura (en la mayoría de los casos),

o feliz y aburrida (casi nunca) hay que divertirse,

pasarla bien y olvidar aunque sea por un momento.


Todo eso malo y todas esas cosas feas que siempre

tenemos en nuestras mentes, y aunque creemos que es un recuerdo,

debo recordarte que lo pasado siempre vuelve…

¿aprendimos a sufrir? Yo creo que no he aprendido todavía a sufrir,

porque muchas veces me siento una nena para algunas cosas,

y no sé afrontar los problemas que a veces sufren.


Necesito hacerlo con la ayuda de alguien.

¿Amábamos verdaderamente a los seres queridos que ya no están?

Yo creo que sí, tuve dos abuelos de los cuales conocí uno,

que como ya no lo tengo lo extraño,

pero yo me pregunto por qué esa persona nos miraba,

nos consentía, nos defendía de los retos de nuestros padres, nos cuidaba,

nos llevaba a jugar a la placita del barrio y nos disfrutaba más que a sus propios hijos.

Será porque para ellos tener nietos, sobrinos o bisnietos era como volver a criarnos y como si fuéramos sus propios hijos.


¿Sabemos valorar el sentido de la vida?

Hay ciertas etapas de la vida que debemos pasar donde,

para superar nuestros miedos, nuestras inseguridades y nuestros prejuicios,

tenemos que superar el miedo a ser nosotros mismos (aunque muchas veces cueste), tenemos que hacer lo que nos diga el corazón -que muchas veces piensa por nosotros-,

la mayoría de las veces se equivoca,

pero de vez en cuando hay que “dejarle pasar una al corazón”.


Tal vez supongan que estoy loca al valorar el sentido de la vida,

pero es que simplemente me inspiré en la persona que más amé en este mundo,

mi querido abuelo “Pancho” que siempre expresó todo su amor hacia mí.

Tal vez, todavía no estemos dispuestos a superar la adolescencia.

Y como siempre digo: “más allá de las nubes el cielo es siempre azul”. Sépanlo y no lo olviden. Tal vez sirva de reflexión.

Lucía Blanco.

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